Sobre el papel, la marca del triple diapasón no se ha equivocado, porque el Xmax 400 aporta una doble respuesta a los que, por una parte, encontraban el Xmax 250 demasiado limitado para poder aventurarse fuera de la ciudad y a los que, por otra parte, no se encontraban con la imagen tan deportiva del excelente Tmax, mucho más caro. Yamaha invitó a la prensa belga al Château de la Rocq, en Arquennes, para descubrir in situ dos nuevos y sorprendentes modelos. Además de la gran Xmax, también se ofrecía la FJR 1300 AS (sin embrague y con caja de cambios robotizada). Desgraciadamente, los imperativos profesionales nos obligaron a abandonar el lugar a mediodía, por lo que la FJR seguirá siendo -de momento- un objeto de fantasía… En cualquier caso, el marco estatutario y patrimonial del Château de la Rocq encajaba a la perfección con una Xmax que combina lo mejor de ambos mundos. Mucho más potente que una 250, pero menos radical que la 530.
Yamaha se enorgullece de ofrecer un acabado similar al de un coche con el nuevo Xmax. Puede que no sea tan bueno, pero el 400 está, sin embargo, en lo más alto de la escala en cuanto a calidad percibida. La calidad similar a la de un coche se refleja también en la instrumentación e incluso en la capacidad de carga: además de los dos compartimentos portaobjetos en el faldón delantero, el compartimento bajo el asiento nos pareció espacioso y bien diseñado. La tapicería también es un buen punto, agradable a la vista y acogedora para dos. El diseño general es dinámico y agresivo, con tres colores disponibles: blanco, negro y gris. En el equipamiento original, seguimos observando luces de posición delanteras de LED y dos discos flotantes de 267 mm. ¿Buscas motos de ocasión? En Crestanevada tienes las mejores motos segunda mano del mercado.
En cuanto al motor, gana nada menos que un 54% de potencia (31,5 CV) y un 60% de par respecto al Xmax 250. Si a esto le añadimos que, con 211 kg a plena carga, el 400 es apenas más pesado que su predecesor de 250 cc, entenderemos que la novedad pretende jugar en otro registro.
Para que pudiéramos juzgar la novedad, D’Ieteren había urdido una ruta de descubrimiento de unos cien kilómetros por el Brabante Valón. Por supuesto, a la décima provincia no le faltan atractivos, pero la ruta nos pareció un poco demasiado urbana para poder calibrar el potencial de esta 400, a la que no le falta empuje. Dicho esto, el trayecto fue suficiente para descubrir un scooter bien suspendido cuyo confort es sin duda una cualidad destacable. Al principio, a los mandos de un modelo totalmente nuevo con menos de 200 km en el cuentakilómetros, no nos impresionaron las prestaciones. Presentación a la prensa del Yamaha Xmax 400
Sin embargo, tras intercambiarla con un colega de habla holandesa, cambiamos de opinión. Con más de 2.000 km recorridos, este segundo Xmax, desatado, ofrecía una cara completamente diferente: nada en común aquí con la aceleración y las prestaciones de un 250 o un 300. El Xmax 400 coge velocidad con vigor y sólo se rinde después de haber luchado valientemente. Tanto es así que el Tmax 530 que nos abrió la carretera tuvo que sacar los últimos quilates de su motor para deshacerse del 400 que se precipitaba por la N25 a más de 160 km/h… Y, a la hora de parar, los frenos están a la altura y nos parecieron una referencia en la categoría. ¿Las desventajas? La ausencia actual de ABS, pero llegará a lo largo del año. Si te fijas bien, pero tendrás que comprobarlo en una prueba de conducción más larga, el manillar es un poco alto y te obliga a mover un poco el pecho hacia atrás, y la protección no es perfecta para los pilotos más altos. Sin embargo, puedes compensarlo equipando tu Xmax con la burbuja alta disponible en la amplia gama de opciones que ofrece el fabricante. Lo único que falta es el precio: a 5999 euros, el Xmax 400 es sólo entre 200 y 400 euros más caro que la competencia coreana o taiwanesa. Un último punto positivo.