Lo primero que hay que hacer es mantener la calma, en muchos casos una citación o cualquier escrito que nos remita un Juzgado no tiene por qué ser algo grave. En segundo lugar, lo mejor que podemos hacer es contactar con un abogado de nuestra confianza. Es importante poder confiar en él, ya sea porque le conocemos de hace tiempo o porque tenemos referencias suyas, a través de su blog o de su página web.
Leer atentamente el escrito que nos ha remitido el juzgado es fundamental
No es lo mismo ser citados como testigos para un asunto civil, que ser acusados en un proceso penal. Evidentemente, es posible que leyendo el escrito del Juzgado no comprendamos los términos técnicos ni el alcance de lo que el Juzgado nos está intentando comunicar. Pero seguramente podremos adivinar si el proceso es civil o penal.
Si fuera penal, nunca aparecerían términos como “juicio verbal” o “juicio ordinario“. Así que si esas son las palabras que aparecen en la cabecera del escrito, no puede ser un asunto que afecte a nuestra libertad. En cambio, si contiene “diligencias previas” o “instrucción“, tal vez (y sólo tal vez) podremos preocuparnos, ya que el asunto sería penal.
Pero en cualquier caso, hacen falta más datos para saber si es un proceso que nos compromete o no, y hasta qué punto. Un proceso civil podemos perder muchísimo dinero, y otro penal puede ser intrascendente. Sirva este artículo como base para entender, a groso modo, si el proceso es civil o penal. El resto tendremos que consultarlo con nuestro abogado.