Complicaciones y riesgos de la manga
Causa relativamente pocas deficiencias, pero suele requerir suplementación a largo plazo. Es aconsejable aportar hierro en las mujeres jóvenes y vitamina B12. El riesgo de desarrollar carencias aumenta con el tiempo, lo que requiere un seguimiento nutricional prolongado con pruebas biológicas periódicas.
El riesgo de complicaciones postoperatorias precoces es bastante bajo y la tasa de mortalidad postoperatoria es inferior al 0,2%.
Las complicaciones habituales son tres
1) El riesgo de hemorragia, debido a la sección de los vasos sanguíneos del estómago (que pueden volver a sangrar) y del estómago (en sí mismo muy ricamente vascularizado).
Este riesgo aumenta con las inyecciones postoperatorias de anticoagulantes.
La utilización de instrumentos modernos de electrocoagulación y grapado minimiza considerablemente este riesgo, señala la Dra. Ana García Navarro, especialista en cirugía bariátrica en Madrid. En caso de hemorragia, no es necesario repetir la operación y el paciente puede necesitar una transfusión.
2) El riesgo de fístula, que se produce siempre en la parte superior de la sutura gástrica y a veces más de un mes después de la intervención. Su riesgo se estima entre el 1 y el 2%. Su aparición se debe sin duda a una hiperpresión en la cavidad gástrica y a una liberación en una zona de debilidad, lo que explica su localización preferente y su aparición a veces tardía. Los síntomas clásicos son dolor en la cavidad epigástrica o en el hipocondrio izquierdo (debajo de las costillas) que se irradia a la espalda o al hombro izquierdo, fiebre y dificultad para comer.
Su aparición suele requerir una intervención quirúrgica para drenar el absceso y después una endoprótesis endoscópica o un drenaje y tratamiento antibiótico.
Se han descrito casos de fístulas muy tardías o crónicas, su tratamiento es complejo y requiere un manejo multidisciplinar en centros especializados.
3) El riesgo de tromboembolismo (flebitis y embolia pulmonar), presente tras cualquier operación y aumentado en pacientes obesos, se previene mediante el uso de un sistema de compresión neumática intermitente de las pantorrillas durante la operación, medias de compresión, anticoagulación preventiva y movilización precoz de los pacientes.
El uso de anticoagulantes aumenta el riesgo de hemorragia pero disminuye el riesgo de tromboembolia. Una embolia pulmonar puede provocar la muerte súbita, lo que raramente ocurre con una hemorragia, por lo que es preferible aumentar este riesgo para reducir el otro.
El confort alimentario en el postoperatorio precoz suele ser medio, con bloqueos alimentarios, trastornos alimentarios, etc. La educación dietética y el apoyo nutricional son fundamentales para minimizarlos. El confort alimentario suele ser satisfactorio al cabo de tres meses.
En más del 30% de los casos, el reflujo gastroesofágico requiere un tratamiento prolongado con IBP (inhibidores de la bomba de protones). Normalmente se controla bien con este tratamiento y mejora con la pérdida de peso.
El reflujo incapacitante es poco frecuente, y se previene con una buena evaluación preoperatoria: de ahí la importancia de la elección de la operación en la PCR.
El reflujo postoperatorio, cuando se vuelve demasiado molesto, puede llevar a veces a proponer al paciente una transformación de la manga en bypass.
Por último, las sociedades científicas recomiendan ahora una fibroscopia gástrica entre 1 y 3 años después de una manga y después cada 5 años, para buscar lesiones de la mucosa esofágica (endobraquioesófago) que pueden producirse debido al reflujo crónico. Estas lesiones de la mucosa pueden evolucionar con el tiempo y convertirse en cáncer. Por lo tanto, el seguimiento es esencial para prevenir cualquier problema.
El principal riesgo a largo plazo tras una gastrectomía en manga es el aumento de peso.
Ocurre que algunos pacientes que han perdido suficiente peso y alcanzado su objetivo interrumpen todo seguimiento y retoman sus hábitos alimentarios. El estómago puede entonces expandirse hasta el punto de recuperar un volumen casi normal.
Por lo tanto, un seguimiento nutricional es esencial para prevenir este riesgo, así como evitar todas las bebidas gaseosas.