¿Es aconsejable la vacunación contra el cáncer de cuello de útero?

La infección por el virus de papiloma humano (VPH) es el principal factor que origina el cáncer del cuello de útero o cérvix. Desde hace muchos años los ginecólogos podemos detectar las células anormales que existen en el cérvix, mediante la prueba de la citología. La citología ayuda a detectar las células anormales, infectadas por el virus, que se podrían convertir en cancerosas.

Cuanto antes se detecten estas células, menos probabilidades habrá de desarrollar un cáncer. Las lesiones precancerosas deben ser tratadas en la consulta del ginecólogo o, a veces, en el quirófano, aunque esto no garantiza siempre que hayamos eliminado los precursores del cáncer. La vacunación ayuda a prevenir las anomalías en el cuello del útero que pueden desembocar en un cáncer. Desde hace unos años, el Ministerio Sanidad ha recomendado la vacunación gratuita para adolescentes en los calendarios vacunales oficiales de todas las Comunidades Autónomas.

Se puede administrar a partir de los nueve años de edad y actualmente está acreditada la seguridad y eficacia de la vacuna en mujeres adultas. La vacunación contra el VPH es SEGURA y FIABLE. Los efectos adversos más comunes son las reacciones locales en el lugar de inyección (brazo) y, a veces, un poco de fiebre. Son iguales que en otras vacunas y esto se ha demostrado en más de 16 millones de mujeres vacunadas en todo el mundo.

La vacuna está fabricada con estructuras similares al virus del papiloma, pero vacías, por lo que NUNCA puede transmitir la enfermedad. El cuerpo actúa mediante el sistema inmunitario contra estas estructuras vacunales y crea anticuerpos que protegen frente a la infección. La vacunación ayuda a proteger frente a los VPH responsables de casi el 75% de los casos de cáncer de cérvix.

DOSIS

Son necesarias tres para una vacunación completa, que se administran en un plazo de seis meses. La vacunación es preventiva, por lo que no sirve para tratar las infecciones previas o las lesiones ya existentes. Tampoco elimina la necesidad de realizar controles citológicos periódicos como en todas las mujeres, a partir del tercer año desde el inicio de las relaciones sexuales. Por último, también es importante destacar que la vacuna contra el VPH previene otras lesiones precancerosas en la vagina, vulva y ano y además puede proteger también frente a los virus que causan las “verrugas genitales” o condilomas.