Enfermedades inflamatorias intestinales crónicas

Las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (EII) son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Cuando no es posible distinguir entre una y otra, se habla de colitis no clasificadas. Se trata de enfermedades caracterizadas por una inflamación crónica, es decir, persistente, de la pared intestinal, que provoca diarrea, dolor, debilidad y pérdida de peso. Las principales diferencias son:

    La colitis ulcerosa (CU), afecta únicamente a la parte del intestino llamada colon. Se caracteriza por una inflamación que comienza en el recto y puede extenderse con el tiempo hasta afectar a porciones más o menos extensas del colon. Provoca la aparición de úlceras superficiales asociadas a una inflamación crónica del tracto intestinal afectado.

    Enfermedad de Crohn (MC), puede afectar a cualquier zona del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano. Suele afectar a la última parte del intestino delgado, llamada íleon, con parte del colon, o sólo al colon en alguna de sus partes (colitis). Alrededor de un tercio de los afectados presentan también manifestaciones perianales (fístulas y abscesos). La enfermedad se caracteriza por la presencia de tractos intestinales inflamados y ulcerados que alternan, a menudo, con tractos intestinales sanos. A diferencia de la colitis ulcerosa, en la enfermedad de Crohn la inflamación afecta a todo el grosor de la pared intestinal con formación de heridas profundas (úlceras). Esto se asocia con la posible aparición de estrechamientos intestinales (estenosis), aberturas anormales entre el intestino y los órganos circundantes (fístulas) o el desarrollo de abscesos intraabdominales.

En ambas enfermedades, la inflamación también puede estar presente en otras partes del cuerpo como las articulaciones, la piel, los ojos, etc.

Ambas enfermedades se caracterizan también por la sucesión de periodos en los que las molestias (síntomas) están presentes y otros en los que están ausentes o son leves (fases de remisión). Además, con el tiempo pueden aparecer complicaciones consistentes, en el caso de la enfermedad de Crohn, en estenosis, fístulas, abscesos intraabdominales; en el caso de la colitis ulcerosa, en hemorragias masivas, dilatación del colon con retención de heces y sustancias tóxicas (megacolon tóxico). El proceso inflamatorio intestinal crónico también puede exponer a un mayor riesgo de cáncer de colon y recto. Por lo tanto, las estrategias de tratamiento actuales están dirigidas a evitar la aparición de estas enfermedades en la medida de lo posible.

En España no existe información oficial sobre su prevalencia, pero se calcula que, a nivel mundial, afectan a más de 200.000 personas. La enfermedad de Crohn es más frecuente en los países occidentales y es rara, si no inexistente, en los países en desarrollo. Se da predominantemente en jóvenes de entre 20 y 30 años, y más raramente después de los 65 años. La incidencia de la colitis ulcerosa varía según los países, aunque la tasa más elevada se da en los países industrializados. Puede presentarse a todas las edades, pero suele darse en adultos jóvenes. En los últimos años ha aumentado el número de casos de ambas enfermedades en niños y adolescentes. Cuando afectan a niños, la mala absorción intestinal de nutrientes (malabsorción) puede afectar gravemente al proceso de crecimiento.

Estas enfermedades no deben confundirse con el síndrome del intestino irritable, más común, que presenta molestias como estreñimiento, diarrea y dolor abdominal no asociadas a la presencia de inflamación.