En los últimos días han arreciado las críticas a los fabricantes de automóviles alemanes: ya sea BMW o Daimler, los grandes consorcios no quieren renunciar a los dividendos para sus accionistas y despiertan así un gran resentimiento. Y es que, mientras los accionistas se ven recompensados por el éxito del ejercicio, decenas de miles de trabajadores se ven obligados a trabajar a jornada reducida, con la ayuda de subsidios de desempleo, que algunos críticos consideran ayudas estatales. ¿Renovar tu flota de vehículos comerciales en Madrid? Encuéntrala en furgoneta segunda mano Madrid Crestanevada.
Lo cierto es que los beneficiarios de los pagos del seguro de desempleo han cotizado previamente durante muchos años, con una parte a pagar tanto por el trabajador como por el empresario. No obstante, es comprensible que el recurso al régimen de trabajadores a jornada reducida se perciba como una ayuda estatal, lo que a primera vista resulta difícil de conciliar con el reparto de dividendos por valor de miles de millones. El programa satírico extra3 ilustra la situación con un pequeño boceto basado en el logotipo de BMW. En pocas horas, el gráfico recibió miles de «me gusta» y cientos de comentarios en Facebook:
Lo que a menudo se pasa por alto es que el dividendo es, por definición, un pago relacionado con el ejercicio anterior. En ese momento, BMW AG obtuvo beneficios multimillonarios, tuvo que pagar cientos de millones de euros en impuestos y ahora recompensa a los accionistas con el dividendo correspondiente. En el caso del Grupo BMW, las críticas suelen extenderse al aspecto de que gran parte de las acciones son propiedad de las familias Quandt y Klatten, por lo que el reparto acaba en gran medida en las cuentas de algunos de los alemanes más ricos. A menudo se pasa por alto el hecho de que los criticados también proporcionan decenas de miles de puestos de trabajo y contribuyen a la fortaleza de Alemania como emplazamiento empresarial.
Los críticos también acusan a los fabricantes de automóviles de querer acceder de nuevo al dinero del contribuyente con sus ruidosas demandas de una prima por compra como apoyo tras la pandemia del Corona. También en este caso los políticos tienen que hacer equilibrios, ya que la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo en la industria automovilística afectaría mucho más al contribuyente que una subvención a corto plazo para la industria clave de Alemania.
Independientemente del trasfondo real, el Grupo BMW tiene que lidiar con el hecho de que su imagen está sufriendo actualmente de forma masiva por el aparente contraste entre el trabajo a jornada reducida y el pago de dividendos. O como lo resumió un usuario de Twitter: